En literatura, la similicadencia es un recurso de tipo retórico perteneciente a las figuras de dicción o elegancia cuya finalidad es la duplicación de las palabras que culminan en verbos que se enlazan en tiempo y persona a la vez.

Asimismo, la similicadencia forma parte del ingenio y plano literario, al igual que a la retórica, la poesía o talento poético. Por tanto, se basa en sintetizar dos o más apuntes u oraciones poéticas o en composición.
    
En este sentido, ambas partes deben contener los mismos nombres o verbos, coincidiendo en tiempo y sujeto incluyendo un verbo en medio de la frase. Aunado a esto, tiene dos tipos a saber: el homoioteleutón y el homeóptoton.
La palabra similicadencia proviene del latín simĭlis que significa semejante y la palabra cadencia que significa ritmo, por lo que se considera una herramienta fónica que se apoya en la musicalidad de las oraciones.

Ejemplos de similicadencia
- Fielmente viviendo, tristemente amando.
 - Solo sueño con tenerte, y apasionadamente besarte, y morirme de quererte y jamás de tu lado apartarme.
 - Polvo somos y en polvo nos convertiremos.
 - Para reposar solo hace falta que durmamos, no que pensemos, no que sintamos, no que soñemos.
 - Torpemente sintiendo, contagiosamente soñando.
 - Para vencer, hay que creer, querer y correr.
 - Personas sin ojos lo observan, nubes tenebrosas lo siguen, formas perversas lo esperan.
 - Bésame, abrázame, ámame, que todo lo deseo en ti, mirarte a ti, es mirarme a mí.
 - Aun te quiero, aun te anhelo, aun te busco, aun te espero.
 - Te busco en el horizonte, te espero en el olvido.
 - Que grato es sentir, en vivir, es amar, es soñar.
 - Te necesito tanto, te amo tanto, te extraño tanto.
 - Hablar y soñar, no es tener, no es encontrar, ni es luchar.
 - Ya no existo, ya me fui, ya me esfumé, ya te olvidé.
 - Lastimas, engañas, destruyes, ya no te queda nada.
 







































